Miley Cyrus optó por guardar silencio mientras medio mundo seguía hablando de sus presuntas impertinencias sobre el escenario. Ahora, lo ha roto para reivindicar lo acometido junto a Robin Thicke la noche de los MTV Video Music Awards, asegurando que no sólo no se arrepiente de sus actos lascivos que marcaron su actuación, sino que cree haber hecho Historia en la industria musical.
Se ampara en el hecho de que otras colegas de profesión ya pasaron por allí con la misma intención de provocar y crear polémica. Madonna y Britney Spears, por ejemplo, que en su momento no dudaron en darse un beso en la boca ante una audiencia enfervorizada.
Por eso Cyrus habló con el intérprete de 'Blurred Lines' para plantear un espectáculo que tuviera repercusión, algo que parece haber conseguido. "Es algo increíble que hayan pasado tres días y la gente todavía esté hablando de ello", declaró en una entrevista grabada con el canal MTV.
Empezó interpretando uno de sus últimos trabajos, 'We Can't Stop', rodeada de grandes ositos de peluche y ataviada con un body. Ya con Robin Thicke en pista, la joven de 20 años aprovechó la longitud del dedo falso que se calzó en la mano derecha para pasárselo por la entrepierna a su compañero, oculto bajo unas gafas de sol mientras sonaba el pegajoso 'Blurred Lines'.
fuente: elmundo.es