Recibir en casa es un placer. A veces se trata de una cena informal con pizza a domicilio y unas cervezas para ver el partido de tu equipo, otras ocasiones son más formales y preparas la mesa con esmero. Por supuesto, hay vino para la comida pero, ¿cómo lo sirves, a quién lo sirves primero?
Son detalles de buenas maneras que, si las adoptas, te convierten en un anfitrión con estilo. El hecho de que invites a cenar a los amigos cercanos no significa que la acogida deba ser siempre informal. Tranquilos que formal tampoco supone estar sentados tiesos a la mesa ni comportarse de forma anti-natural (con el peligro que a los amigos íntimos les de un ataque de risa). Se trata de saber estar, de ser uno mismo y tener esos detalles o gestos para la ocasión indicada.
La pregunta que he formulado ya adelanta que, como anfitriones, nunca debes servirte primero. Sería más que un gesto de mala educación, sería grosero. Abre la botella, vierte un poco en tu copa para comprobar que está en buen estado (que no está estropeado) y serán los caballeros quienes sirvan a las damas.
¿En qué orden? Buena pregunta, hablando con distintos grupos de amigos sobre este tema, suelen haber varias versiones. El protocolo son normas tácitas que se aprenden a través de especialistas o del boca a boca. Según estas normas, se debe servir a la dama de mayor edad primero, un signo de respeto. Así que debes hacer pasar la botella de vino al hombre que esté más cerca de ella.
La norma general es esa, los hombres son los que sirven el vino a las invitadas que se sientan a su lado. No pasa nada si están en la silla de enfrente a menos que la mesa sea grande y suponga levantarse para servirla. Nunca te inclines por encima de los cubiertos. El anfitrión se sirve el último y deja la botella en la mesa.