29 de octubre de 2012

Fashion & Relationships, ten cuidado con el "Friend Zone"



Antes que nada vamos a darte el singnificado del termino "Friend Zone": del inglés Zona de Amigos, es un anglicismo intraducible. Dícese de una situación en la que una persona gusta de otra, y esta última sólo la considera su amigo(a).

De hace un tiempo para acá este término se ha popularizado de forma epidémica y ahora se usa como sustantivo («Estar en el Friend Zone»), verbo activo o pasivo («Lo voy a tener que friend-zonear» o « Te están friend-zoneando durísimo») y hasta de adjetivo calificativo («He sido friend-zoneado mal»). La cosa es que aunque el término se haya puesto de moda el fenómeno no es nada nuevo, probablemente a Napoleón lo friend-zonearon alguna vez, por decir algo, y creo que buena parte del revuelo que ha tomado es realzado por el gremio que padece la condición.

Todos hemos sido friend-zoneados alguna vez. Quién no ha sentido que «Fulanito(a) y yo haríamos una pareja bellísima pero no se da cuenta que existo», quién no se ha sonrojado anónimamente sin que ese alguien especial se entere de lo que está pasando, o más aun, quién no ha hecho el ridículo con ese juego de «¡Deja de verlo(a) que se va a dar cuenta!» vs. «Oye, tampoco así, velo(a) un poquito que va a empezar a sospechar». Todos lo hemos hecho.


Y sí, es verdad que se siente miserable, pero creo que cuando nos pasa es porque nos lo hemos buscado nosotros mismos. Lo sé, probablemente acabas de releer esta última oración y dirás «éste sí es osado, y que yo me lo busqué yo misma(o)». Pero, cuando uno está atrapado en el Friend Zone no se da cuenta de que su visión ha sido empañada y que hay un aroma penetrante que le embriaga lentamente y le lleva a hacer cosas sin sentido, a actuar ingenuamente. Creo que si por un momento a uno le prestaran unos lentes de la objetividad podría ver que, si alguien nos hiciera lo mismo, también lo estaríamos friend-zoneando.

Pongamos dos pequeños ejemplos, comencemos con una chica que se descubre a sí misma haciéndole todo (Y CON TODO ME REFIERO HASTA PASEARLE SU PERRO) a un chico con la esperanza de que éste despierte sentimientos románticos por ella, lastimosamente dejame decirte que No pasara. Esos niveles de abnegación son útiles pero nada atractivos. Probablemente esta situación se repita con las tareas de clase o los papeles del trabajo, con eso de apuntar citas y actualizar calendarios, y en general con todo eso que es trabajo tedioso. Si una chica lo hace voluntariamente y sin pedir nada a cambio, ni una sonrisita o una picadita de ojo, sólo estará enviando una señal: soy tu amiga, la sacrificada, no me interesa nada más.

Otro ejemplo, están los chicos-percha, esos que llevan la cartera, la lonchera, los libros, el suéter, las bolsas de  maquillaje, que son capaces de pintarte las uñas en público si se los piden sólo por estar un segundo más con la chica en cuestion. Igual que en el caso anterior, es útil pero cero atractivo.

Y este par de personajes se encuentran a sí mismos constantemente recordados por lo «buenos amigos» que son, y por cómo no los quieren perder nunca porque son capaces de escuchar todos los cuentos amorosos de esa persona, y dar los mejores consejos, y hacer los mejores favores -¿alguien más ve lo ingenuo que es uno cuando está en el friend-zone?

Post nuevo Post antiguo Home
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...