El papa Francisco ha roto de algún modo uno de los grandes tabúes de la Iglesia Católica este lunes durante una conversación con los periodistas que viajaban con él de regreso a Roma tras su visita a Brasil.
"Si una persona es gay, busca a dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?", dijo al ser preguntado sobre su postura con respecto a la homosexualidad. "El catecismo de la Iglesia Católica lo explica muy bien. Dice que no deberían ser marginados por ello, sino que deberían ser integrados en la sociedad", añadió.
"El problema no es tener esta orientación. Debemos ser hermanos. El problema es hacer lobby con esta orientación, o los lobbies de gente codiciosa, los lobbies políticos, los lobbies masones, tantos lobbies... Este es el peor problema", continuó. De este modo contestaba a la supuesta existencia de lo que se ha denominado como lobbie gay dentro del Vaticano y que forma parte de las oscuras historias reveladas en los VatiLeaks. Historias que están en el origen de la dimisión de Benedicto XVI.
En cualquier caso, Francisco aseguró que él no tiene constancia de la existencia de un grupo de presión de homosexuales dentro de la Iglesia. "Se han escrito muchas cosas sobre este tema. Yo no he visto aún a nadie en el Vaticano cuyo carnet de identidad diga que es gay", aseguró con tono irónico.
Tampoco obvió las preguntas sobre el papel de la mujer en la Iglesia, aunque aquí sí que Francisco no cambió un ápice la postura oficial dictada por Juan Pablo II. "La Iglesia ya se expresó y dijo no. Esa puerta está cerrada. No podemos limitar el papel de las mujeres en la Iglesia a ser monaguillas, a la presidencia de una fundación... tienen que tener más protagonismo...", dijo. Aunque sobre la posibilidad de la ordenación de mujeres obispo, reiteró, "la Iglesia dijo no. El papa Juan Pablo II también lo dijo así que este tema está muy definido. La puerta está cerrada".
Según el pontífice, "la Iglesia enseña que una mujer no puede ser ordenada porque Jesús decidió conscientemente que sus apóstoles fueran sólo hombres".
Sobre la reforma del Banco del Vaticano (IOR) tras los escándalos por supuestos casos de blanqueo de dinero proveniente del tráfico de armas y droga. "Yo no sé como acabará el IOR. Algunos dicen que tal vez sea mejor convertirlo en un banco, otros que un fondo de ayudas y otros que hay que cerrarlo. Yo no lo sé, me fío del trabajo de las personas que están trabajando en esto", dijo.
El papa habló también de la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, que no será el 8 de diciembre próximo, como se pensó en un principio, debido a que el frío dificulta el viaje de fieles polacos a Roma. Agregó que las fechas que se barajan actualmente son el 24 de noviembre próximo, festividad de Cristo Rey, o el 27 de abril de 2014, festividad de la Divina Misericordia.
fuente: publico